The Last Stand

[kurtkobain]

5 Kilómetros I

Después de salir de esa maldita cueva, tome un descanso al pie de la entrada, mirando melancólicamente hacia el abismo que se habría frente a mi, tanto los recuerdos como la excitación pasaban lentamente por mi mente. El rechinido de unas llantas me saco de mi trance, un camión del ejercito se posaba frente a mi, mientras los soldados bajaban apresurados y dirigiendose hacia la entrada del metro, no hubo ningún inconveniente en ese momento, si no hubiera sido por que todos apuntaban directamente hacia mi cabeza, cinco soldados gritaban al unísono -Manos a la nuca¡¡¡ Manos a la nuca¡¡¡ he inmediatamente deduje que si me negaba no dudarían en disparar, para mi ya eran suficientes disparos por hoy, me arrodille y lleve mis manos hacia la nuca lentamente, mientras miraba con ligera preocupación aquellos cañones. Un escuadrón de por lo menos veinte soldados se adentraba en el metro, tres o cuatro de ellos custodiaban el vehículo, mientras uno de los cinco que tenia en frente, me cuestionaba si había sido mordido,
-No para nada- respondí.
-¿Tiene usted algún rasguño? ¿A tragado sangre? ¿Lea entrado sangre por los ojos?

Mis respuestas eran casi monótonas, como cuando tu padre te reclama acerca de tus malas calificaciones

-No, no, nada de eso

-¿Cual es su nombre?

-Guillermo- respondí

-¿Viene del Metro?

-si, señor.

-¿Cuanto tiempo estuvo ahí adentró?

-El necesario

-¿El necesario?

-Para darme cuenta que todo es una verdadera mierda ahí dentro

-¿Y entonces va a disparar o que? Exclame enfurecido

-No, ...peor... ira a cuarentena al campo militar Nº 1 F

Sabia perfectamente que ese campo militar era demasiado grande y su reputación no había sido nada satisfactoria para el gobierno, en el, habían llevado acabo extraños experimentos, que fueron revelados por la prensa no hace mas de un año, inculpaban al ejercito por experimentar con sus soldados algún tipo de cambio genético. Pero la verdad es que solo estaban probando algún tipo de arma biológica ¿Que como sabia todo eso? bueno... para mi fortuna uno de mis primos pertenecía al escuadrón especial, que se encargaba de resguardar aquel lugar.

-¿Es usted Soldado?
-Lo dice por la chamarra? no la verdad no, pero tengo noción, ya que uno de mis primos pertenece al ejercito.
-¿Rango y Escuadrón en el que se encuentra su familiar?
-General 1º esta a cargo de la F E C A B.
-¿La F E C A B?
-Si, Las Fuerzas Especiales Contra Ataques Biológicos.
-Bien, me parece perfecto, dentro de poco se podrá poner en contacto con el.

Todas aquellas preguntas y respuestas, se llevaban acabo mientras el equipo que se había adentrado en el metro levantaba una gran revuelta, en ese momento comprendí, como aquellos seres que atraídos por el escandalo del primer tiroteo se habían amontonado en la entrada, realmente la combinación del eco y la de una detonación no son nada agradables, te altera los nervios y te pone en un estado de alerta, casi paranoico. Un soldado se dirigió apresurado desde dentro del metro, hacia el tipo que acababa de interrogarme y le dijo:

-Señor, hemos limpiado el área- Aquel tipo respondió tan tranquilo, que me dio la impresión de que esta estación no había sido la única en la que habían estado.
-Evacuen a todos y cierren la entrada-
-Pero señor la puerta la han derrumbado-
El tipo miro por un instante la entrada al subterráneo
-Preparen los explosivos- ordeno.

Aquel soldado apresuro el paso nuevamente al metro y en cuestión de segundos, tanto él, como sus colegas salían corriendo en fila, uno de ellos se dirigió al camión sacando de él una caja, parecía pesada ya que su rostro hacia muecas de cansancio. Mientras aquel sujeto y yo nos dirigíamos hacia el camión, colocaron las cargas de explosivos por todo el marco de la puerta. Aquello parecía un verdadero 15 de septiembre, por un momento me causo gracia, creo que el echo de saber que por lo menos ninguna de esas cosas podría salir por ahí entera, me causaba alivio, la explosión hizo que todo a mi alrededor vibrara, fue entonces que comprendí aquel primer estruendo en el anden, -joder¡¡¡- si algo nos hubiera retrasado unos cuantos minutos, hubiéramos quedado enterrados de por vida en aquel lugar, tan solo de pensar en esa posibilidad la piel se me erizaba.

Ahora vamos rumbo al campo militar, el contraste de las calles con el del subterráneo es aterrador, no hay ni una alma en ellas, debes en cuando puedo ver automóviles que pasan por las avenidas principales, cargados de maletas hasta el toldo, las casas y oficinas no parecen contener vida alguna, voy sentado al centro del camión junto con otros seis civiles, a nuestro alrededor se encuentran treinta soldados que nos miran como bichos raros nadie emite palabra alguna, los únicos sonidos que deambulan en aquel lugar, es el sonido del motor y la radio que se encuentra en la cabina de enfrente, emitiendo interferencia, que debes en vez es interrumpida por algún locutor, que da ordenes en clave al conductor del camión.

En el horizonte se observan los últimos destellos del sol, el camión se detiene frente a una barricada justo en la avenida principal que lleva al complejo militar, en la barricada han colocado una caseta de entrada vehicular y una peatonal, resguardada por una M-60 y por lo menos una docena de soldados, que registran la parte trasera del camión, confirmando de que no hay ningún peligro, dan indicaciones al conductor que lleve a los civiles al edificio de cuarentena, este se encuentra al este del complejo, el edificio es del tamaño de un estadio y al parecer no somos los los primero en ocupar aquel, ya que en el momento en el que llegamos había una fila en la entrada, de por lo menos un millar de personas abarrotadas en lo que parece ser un modulo de registro.

Nos indican que tenemos que bajar del camión y dirigirnos a las carpas que se encuentra frente a nosotros, para que nos tomen los datos necesarios y después formarnos en aquella fila. En la primera carpa se encontraban tres soldados tras un escritorio y un ordenador, ademas tenían suficientes documentos a su alrededor para darte cuenta que carecían de organización, el primer soldado cuestionaba acerca de tu estado físico, nombre, dirección, trabajo, vacunas, numero de familiares y demás preguntas, mientras el segundo apresurado ingresaba todos los datos en el ordenador, el tercero sella documentos desesperadamente, en la segunda carpa permaneces en prendas menores por 10 minutos en lo que esterilizan tu ropa, es el tiempo que me tomo para pensar angustiosamente en mi familia, ahí sentado en una banca con aquellos seis civiles, nadie se atreve a mirarse uno al otro, así que todos miramos al suelo, mas que vergonzoso esto es inhumano, pero no es todo ya que hay una regadera a puerta abierta en la que uno a uno se toma el tiempo necesario para bañarse, el agua es fría, tanto tu pulso como tu respiración se agitan, siempre he dicho que nada como bañarte y dormir en tu casa, pero bueno, no he emitido palabra alguna ni siquiera me he quejado, tal vez por que comprendo la situación o simplemente me he resignado, no lo se.

Después de todo esto nos dirigimos a la tercera carpa donde esta un hombre que te invita a sentarte frente a el, te extiende la mano para ofrecerte un documento del tamaño de un pasaporte, en el cual se lee en la portada con letras grandes F E C A B al abrirlo se encuentran tus datos y una foto, todo cruzado por un sello en tinta roja que dicta: PROCESADO.

-Usted estará aquí durante cuarenta días, el ejercito le proporcionara lo necesario para su subsistencia, hay tres horarios de comida a las 0900 se sirve el desayuno, a las 1400 la comida y a las 2000 la cena, se le hará llegar un sobre al tercer día de residir aquí, para comunicarle que tipo de labor va a ejercer durante su estancia...
Le interrumpí levantandome bruscamente hacia el y diciendole en su cara:
-No pienso quedarme por mucho tiempo amigo, pero gracias en verdad, quiero hablar con su superior !Ahora¡ me escucho, estoy harto de este maldito lugar, de que me traten como si fuera un puto Yonky, estoy hasta la madre de ustedes, así que o me hace caso o va a tener que descargar su puta arma en mi cabeza-

Aquel tipo se puso tan pálido que hasta me sentí mal por haberle gritado, el sudor en su frente le delataba el miedo, mientras yo lo miraba fijamente y sin pestañear...
-Tiene que tranquilizarse señor se que este es un proceso incomodo...
-Ala mierda con sus procesos entiende?
Para cuando me di cuenta ya tenia a mis espaldas a dos soldados apuntandome con sus rifles, siempre se me a facilitado estar en estas situaciones donde ellos no saben que tan loco estas y donde tu no tienes ni puta idea lo que son capases de hacerte...
-Bien, ok, esta bien.

La imagen es algo estúpida, tres soldados entrenados para lo que Dios quiera y un hombre desesperado, la cortina que cuelga de la puerta se hace hacia un lado, permitiendome ver un rostro mas que familiar...

-Joder¡¡¡ donde has estado todo este tiempo- Le reclamo aquel tipo que se hace presente en la habitación, mientras los soldados se cuadran ante el...
-Aaaaaaa tu siempre metiendote en líos Guillermo¡¡¡
-Dejaría de ser yo, no lo crees?...
-Todo esta bien señores es mi familiar- comenta sin alguna expresión mi primo
Aquellos tipos se colocan en la posición de descanso, claro, sin dejar de echarme el ojo, alguno de ellos suspiro como diciendo ‘’esto no iba a terminar nada bien’’
-Y bien que esta pasando?
-No creo que quieras saberlo- comenta mi primo, con una cara de angustia y tristeza.
-Ven... vallamos a otro lugar
A la salida de esa carpa se encontraban un jeep y por lo menos una docena de soldados, alertas y pendientes de aquella charamusca que se había llevado adentro...-realmente esto no se iba a poner nada pero nada bien- comente para mis adentros. subimos al jeep y no cruzamos palabra alguna durante el camino hacia el cuartel general, por donde quiera que mirara había civiles, mucha gente con mochilas en mano y en espera...
-Al entrar al cuartel en el ala oeste se encuentran los laboratorios, comenta mi primo...
-Me vas a dar una expedición por todo el complejo?
-No, ya no hay tiempo para ello, iremos a mi oficina
La oficina se encuentra al oeste del edificio, al entrar somos recibidos por una mujer que viste de militar, inmediatamente nos saluda como todo soldado sabe hacerlo, después de entregarle un folder pasamos a una oficina que mas bien parece ser una sala de interrogatorio, solo un gran escritorio abarca aquella...
-Toma asiento, te ofrezco algo?
-No, estoy bien
-Bien, por donde empezar...
-No lo se, desde cero creo.